En este contexto de movilización,
donde los docentes cobran un lugar protagónico impulsando medidas de lucha
combativas desde las bases, levantamos bien alto la figura de Carlos
Fuentealba, un trabajador de la educación asesinado en manos de la policía
provincial de Sobisch (ex gobernador de Neuquén), en el marco de una jornada de
lucha por mejores condiciones laborales y un salario digno. Fuentealba fue
asesinado a sangre fría nada más y nada menos que en una Ruta Nacional, en
plena democracia. Este panorama nos presenta claramente el accionar y
antipopular del modelo nacional del discurso progre de los K y la impunidad de
los responsables políticos, dejando al descubierto el hecho de que ni el
gobierno provincial ni el nacional, representantes fieles de los intereses de
la burguesía, se encargará de juzgar a los asesinos del pueblo.
Hoy, a siete años de su asesinato,
levantamos con fuerza la lucha de Carlos Fuentealba y todos los compañeros
caídos en lucha, porque entendemos que es nuestro deber revolucionario recoger
las banderas de todos los compañeros que dejaron la vida por transformar la
sociedad y continuar su lucha.